Con permiso de
Mamisepa, paso esta nota de ella que me pareció maravillosa.
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Hoy en día, a grandes rasgos, podríamos decir que hay 2 "feminismos": el
feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia.
El feminismo de la igualdad dice que las mujeres y los hombres están
capacitados para hacer las mismas cosas, salvo gestar, parir y
amamantar, que sólo lo podemos hacer las mujeres. Pero, por lo demás,
este feminismo promueve que tanto hombres como mujeres somos válidos
para conducir camiones, ser profesores, médicos o poner la lavadora. Y
por tanto, al estar igualmente capacitados para las mismas tareas, trata
de promover leyes en las que no se dé por sentado, a priori, que una
persona, por ser hombre o mujer, sí vale para unas cosas pero es
totalmente imposible que haga otras.
El feminismo de la diferencia, por contra, dice que los hombres y las
mujeres tenemos unas diferencias naturales totalmente inamovibles, que
nos hacen completamente diferentes, y que debido a ello, las mujeres
somos más válidas en unas determinadas tareas y los hombres en otras. Y
ya que durante siglos se restó valor a las tareas que hacen las mujeres,
este feminismo lo que busca es promover leyes que den valor a esas
tareas "de mujeres", de forma que así, a las mujeres no les dé "pereza"
hacerlas porque nadie les va a dar las gracias.
De un tiempo a esta parte, leo que personas partidarias del feminismo de
la diferencia, reniegan del feminismo de la igualdad, argumentando que
éste último se ha olvidado de la biología de las mujeres y que sólo
pretende convertirnos en hombres, olvidándonos de que las mujeres
podemos quedar embarazadas, parir y amamantar. En parte, tienen cierta
razón: hay feministas que reniegan de la maternidad, porque ven en ella
una esclavitud para las mujeres, y la culpable de que siempre hayamos
estado donde estamos. Ahora bien, por lo que he leído un poco más a
fondo, no es exactamente que renieguen de la maternidad. De lo que
reniegan es de la maternidad en solitario pero acompañadas. Me explico:
lo que no soportan es que, cuando UNA PAREJA decide, libremente, tener
un hijo, resulta que es la mujer la que acaba sacrificándolo todo: deja
de trabajar, o cambia de empleo a uno más "conciliador", es ella la que
siempre falta al trabajo para llevar al niño al médico o para hablar con
los profesores. Además, aprovechando que la mujer "está en casa", suele
acabar cargando más con el trabajo de casa (odio llamarlo "tareas
domésticas" porque da la impresión de que son 4 tonterías que se hacen
en 5 minutos). No son pocas las que supuestamente dejaron de trabajar
para estar con los niños, y al final los niños están todo el día frente a
la tele, o en casa de la abuela, para que la mujer pueda acabar las
cosas de la casa (que, por alguna extraña razón, el marido exige que
esté todo impecable, sin mover él un dedo, eso sí).
Ante este panorama, entiendo perfectamente a las feministas que reniegan
de la maternidad. No es que piensen que las mujeres debamos arrancarnos
los úteros, lo que piensan es que ya está bien y que los hombres
cumplan con su parte y dejen de escudarse en que "trabajan mucho" para
no pegar ni sello en casa; para que luego encima, si llega una
separación, ellos se queden con todo el dinero y las mujeres con el
trabajo de los niños y pasando miserias. De lo que reniegan las
feministas de la igualdad no es, en sí, del hecho de que las mujeres
tengan útero y puedan quedar embarazadas; reniegan de todas las
consecuencias que implica eso en este sistema. Y por eso quieren
cambiarlo. Quieren que los hombres se impliquen más en su paternidad, y
quieren que las mujeres no sean excluidas del mercado laboral ni de la
vida pública sólo por tener un útero.
Es decir, el feminismo de la igualdad no se olvida de que tenemos un
útero. De hecho, este movimiento ha hecho mucho por preservar nuestros
úteros y nuestras maternidades: bajas de riesgo durante el embarazo (sin
que eso suponga perder tu puesto de trabajo), la obligación del
empleador de cambiar de puesto a una empleada si ello es posible, en el
caso de que su actual puesto suponga un riesgo para el bebé (por
ejemplo, si inhala ciertos productos químicos, pues que durante el
embarazo no lo haga); bajas maternales remuneradas, permiso de
lactancia, ya sea en forma de hora de lactancia diaria, o acumulación en
días consecutivos, tras la baja maternal; nulidad del despido de una
mujer embarazada...
Y mientras, ¿qué hace el feminismo de la diferencia? Decir que somos
maravillosas porque tenemos útero y éste puede albergar un bebé, decir
que ese debería ser el deseo de TODAS las mujeres del planeta, decir que
una mujer no es mujer de verdad hasta que no es madre (biológica, por
supuesto), decir que la tarea de cuidar y educar a los niños es tan
sublime que requiere de que una persona se dedique a ello en cuerpo y
alma durante 24 horas al día, y que esa persona única y exclusivamente
puede ser la madre de la criatura; el padre, a su vez, deberá trabajar
todas las horas que sean necesarias, incluso desde las 7 am hasta las 10
pm, para proveer al hogar de dinero; nadie le preguntará a ese hombre
si le hace ilusión estar un día con su retoño, su única función es
cuidar a la madre para que a su vez, la madre cuide al niño.
El feminismo de la diferencia dice que, cuando una mujer da a luz un
hijo, su cerebro cambia para adaptarse a la nueva situación, y que está
"especialmente preparado" para la tarea de cuidar al niño, y por eso
ella y sólo ella puede y debe hacerlo. No he leído que el feminismo de
la diferencia haga referencia al cerebro de las mujeres en ninguna otra
ocasión; no he leído que digan que tenemos un cerebro fabuloso que
podría permitirnos inventar la vacuna contra el SIDA. Tampoco he leído
que hablen de lo maravillosa que es nuestra biología, que nos permite
desarrolar masa muscular y así poder hacer esfuerzos. No he leído lo
maravillosas que son nuestras manos que nos permiten manejar
herramientas o escribir, ya sea con lápiz y papel, o en el teclado de un
ordenador. No he leído lo maravillosos que son nuestros ojos, nuestros
oídos,...
De modo que, para el feminismo de la igualdad, una mujer es, ante todo,
una persona, con 2 piernas, 2 manos con 5 dedos en cada una de ellas,
ojos, nariz, orejas, cerebro, capacidad de reacción ante estímulos
externos, músculos, y además útero y tetas. Para el feminismo de la
diferencia una mujer es un útero y unas tetas. Nada más.
Así pues, ¿quién se olvida de mi biología? ¿Quien reniega de mi cuerpo
de mujer? Para mí está claro. Quien me "castra" y me limita a ser una
incubadora-nodriza andante; quien cree que una mujer sólo puede tener la
finalidad de ser madre (y además madre perfecta). El feminismo de la
igualdad considera TODA mi biología, desde el dedo meñique del pie
izquierdo hasta el último pelo de mi cabeza.