lunes, 30 de enero de 2012

Mensaje para las antifeministas II

La plata no cae del cielo. La plata se gana trabajando. La plata no sale del suelo, ni de entre las piedras. Hay que moverse para conseguirlo.

Señora neofeminista, mando esta nota para vos, que promovés el antifeminismo, esa corriente que comenta que "lxs niñxs deben estar cuidadxs pero como el sistema laboral lo dificulta, entonces que las mujeres vuelvan a la casa y los hombres consigan la plata. Así lxs reciben cuidados en condiciones". O lo que es lo mismo, su neofeminismo se basa en el sexismo y en la mantención de los roles tradicionales, en la creencia de que un hombre por tener pene no vale para ser papá y por ende ha de ir él solito ha buscar dinero, y que una mujer debe ser mamá a toda costa y quedarse en la casa, porque "es su labor y la que mejor sabe hacer".

Vos decís que eso es igualdad... ¿Igualdad de qué? Igualdad de derechos. Solo de derechos. Porque eso es lo que querés: que las mujeres tengamos los mismos derechos, que seamos valoradas de igual modo que un varón, pero... ¿y las mismas obligaciones? "Ah, no, eso no, que entonces hay que esforzarse fuera de casa...".

Pues lo siento mucho, señora neofeminista, pero yo anhelo que mi marido también pueda elegir entre poder trabajar fuera del hogar y quedarse con la nena y el nene. Y eso significa que pueden darse cuatro situaciones:

1.Que mi esposo y yo acordemos seguir el modelo tradicional, es decir, yo me quedo en la casa con lxs niñxs mientras él va a trabajar.

2.Que sea él quien esté en casa con lxs nenxs y yo vaya a trabajar.

3.Que tanto mi marido como yo decidamos organizarnos para hacer ambas cosas.

4.Que ni él ni yo queramos trabajar y sólo decidamos estar con nuestrxs niñxs.

¡Madrecita! Qué pena, lo siento mucho, pero algo me dice que si ni mi marido ni yo queremos trabajar, no será posible que entre dinero en la casa, porque la plata no cae del cielo, hay que trabajar para conseguirla. Entonces si él y yo queremos estar con nuestrx niñxs... ¿cómo hacemos? La única posibilidad que lo permite es, justamente, la que vos no podés ver: la tercera opción, la de que tanto él como yo vayamos a laburar y estemos en la casa a la vez, la opción organizarse para poder compaginar ambas cosas.

¿O qué querés, que se sacrifiquen los hombres, como robots que solo sirven para meter cosas? Sí, meter cosas: un espermatozoide para que tengan hijxs y dinero a la casa. Pues lo siento mucho, pero amo a mi marido, no quiero utilizarlo como si fuera una muñequita y no quiero que se sacrifique por mí. Como sucede en la pelítula de Titanic: "Si vos saltás, yo salto".

Eso sí que es verdadera libertad para elegir e igualdad en derechos y obligaciones.