miércoles, 21 de noviembre de 2012

El feminismo y la biología de las mujeres

Con permiso de Mamisepa, paso esta nota de ella que me pareció maravillosa.

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Hoy en día, a grandes rasgos, podríamos decir que hay 2 "feminismos": el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia. 
El feminismo de la igualdad dice que las mujeres y los hombres están capacitados para hacer las mismas cosas, salvo gestar, parir y amamantar, que sólo lo podemos hacer las mujeres. Pero, por lo demás, este feminismo promueve que tanto hombres como mujeres somos válidos para conducir camiones, ser profesores, médicos o poner la lavadora. Y por tanto, al estar igualmente capacitados para las mismas tareas, trata de promover leyes en las que no se dé por sentado, a priori, que una persona, por ser hombre o mujer, sí vale para unas cosas pero es totalmente imposible que haga otras.
El feminismo de la diferencia, por contra, dice que los hombres y las mujeres tenemos unas diferencias naturales totalmente inamovibles, que nos hacen completamente diferentes, y que debido a ello, las mujeres somos más válidas en unas determinadas tareas y los hombres en otras. Y ya que durante siglos se restó valor a las tareas que hacen las mujeres, este feminismo lo que busca es promover leyes que den valor a esas tareas "de mujeres", de forma que así, a las mujeres no les dé "pereza" hacerlas porque nadie les va a dar las gracias.
De un tiempo a esta parte, leo que personas partidarias del feminismo de la diferencia, reniegan del feminismo de la igualdad, argumentando que éste último se ha olvidado de la biología de las mujeres y que sólo pretende convertirnos en hombres, olvidándonos de que las mujeres podemos quedar embarazadas, parir y amamantar. En parte, tienen cierta razón: hay feministas que reniegan de la maternidad, porque ven en ella una esclavitud para las mujeres, y la culpable de que siempre hayamos estado donde estamos. Ahora bien, por lo que he leído un poco más a fondo, no es exactamente que renieguen de la maternidad. De lo que reniegan es de la maternidad en solitario pero acompañadas. Me explico: lo que no soportan es que, cuando UNA PAREJA decide, libremente, tener un hijo, resulta que es la mujer la que acaba sacrificándolo todo: deja de trabajar, o cambia de empleo a uno más "conciliador", es ella la que siempre falta al trabajo para llevar al niño al médico o para hablar con los profesores. Además, aprovechando que la mujer "está en casa", suele acabar cargando más con el trabajo de casa (odio llamarlo "tareas domésticas" porque da la impresión de que son 4 tonterías que se hacen en 5 minutos). No son pocas las que supuestamente dejaron de trabajar para estar con los niños, y al final los niños están todo el día frente a la tele, o en casa de la abuela, para que la mujer pueda acabar las cosas de la casa (que, por alguna extraña razón, el marido exige que esté todo impecable, sin mover él un dedo, eso sí). 
Ante este panorama, entiendo perfectamente a las feministas que reniegan de la maternidad. No es que piensen que las mujeres debamos arrancarnos los úteros, lo que piensan es que ya está bien y que los hombres cumplan con su parte y dejen de escudarse en que "trabajan mucho" para no pegar ni sello en casa; para que luego encima, si llega una separación, ellos se queden con todo el dinero y las mujeres con el trabajo de los niños y pasando miserias. De lo que reniegan las feministas de la igualdad no es, en sí, del hecho de que las mujeres tengan útero y puedan quedar embarazadas; reniegan de todas las consecuencias que implica eso en este sistema. Y por eso quieren cambiarlo. Quieren que los hombres se impliquen más en su paternidad, y quieren que las mujeres no sean excluidas del mercado laboral ni de la vida pública sólo por tener un útero.
Es decir, el feminismo de la igualdad no se olvida de que tenemos un útero. De hecho, este movimiento ha hecho mucho por preservar nuestros úteros y nuestras maternidades: bajas de riesgo durante el embarazo (sin que eso suponga perder tu puesto de trabajo), la obligación del empleador de cambiar de puesto a una empleada si ello es posible, en el caso de que su actual puesto suponga un riesgo para el bebé (por ejemplo, si inhala ciertos productos químicos, pues que durante el embarazo no lo haga); bajas maternales remuneradas, permiso de lactancia, ya sea en forma de hora de lactancia diaria, o acumulación en días consecutivos, tras la baja maternal; nulidad del despido de una mujer embarazada...
Y mientras, ¿qué hace el feminismo de la diferencia? Decir que somos maravillosas porque tenemos útero y éste puede albergar un bebé, decir que ese debería ser el deseo de TODAS las mujeres del planeta, decir que una mujer no es mujer de verdad hasta que no es madre (biológica, por supuesto), decir que la tarea de cuidar y educar a los niños es tan sublime que requiere de que una persona se dedique a ello en cuerpo y alma durante 24 horas al día, y que esa persona única y exclusivamente puede ser la madre de la criatura; el padre, a su vez, deberá trabajar todas las horas que sean necesarias, incluso desde las 7 am hasta las 10 pm, para proveer al hogar de dinero; nadie le preguntará a ese hombre si le hace ilusión estar un día con su retoño, su única función es cuidar a la madre para que a su vez, la madre cuide al niño.
El feminismo de la diferencia dice que, cuando una mujer da a luz un hijo, su cerebro cambia para adaptarse a la nueva situación, y que está "especialmente preparado" para la tarea de cuidar al niño, y por eso ella y sólo ella puede y debe hacerlo. No he leído que el feminismo de la diferencia haga referencia al cerebro de las mujeres en ninguna otra ocasión; no he leído que digan que tenemos un cerebro fabuloso que podría permitirnos inventar la vacuna contra el SIDA. Tampoco he leído que hablen de lo maravillosa que es nuestra biología, que nos permite desarrolar masa muscular y así poder hacer esfuerzos. No he leído lo maravillosas que son nuestras manos que nos permiten manejar herramientas o escribir, ya sea con lápiz y papel, o en el teclado de un ordenador. No he leído lo maravillosos que son nuestros ojos, nuestros oídos,...
De modo que, para el feminismo de la igualdad, una mujer es, ante todo, una persona, con 2 piernas, 2 manos con 5 dedos en cada una de ellas, ojos, nariz, orejas, cerebro, capacidad de reacción ante estímulos externos, músculos, y además útero y tetas. Para el feminismo de la diferencia una mujer es un útero y unas tetas. Nada más.
Así pues, ¿quién se olvida de mi biología? ¿Quien reniega de mi cuerpo de mujer? Para mí está claro. Quien me "castra" y me limita a ser una incubadora-nodriza andante; quien cree que una mujer sólo puede tener la finalidad de ser madre (y además madre perfecta). El feminismo de la igualdad considera TODA mi biología, desde el dedo meñique del pie izquierdo hasta el último pelo de mi cabeza.